
Las bases para construir una cultura empresarial efectiva en tu compañía
22 Agosto 2025
La cultura empresarial marca la esencia de una organización. Representa su ADN, su identidad, la manera en que gestiona su actividad interna y la que tienen de relacionarse con su entorno. Hoy en día, más que nunca, la cultura empresarial tiene además un impacto decisivo sobre los nuevos talentos. En una década donde el propósito importa, la cultura empresarial puede representar un enorme aliciente o un motivo de rechazo.

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Definición de cultura empresarial y cultura corporativa
La cultura empresarial o cultura corporativa es ese conjunto de valores, creencias, normas, actitudes y comportamientos auspiciados desde la dirección empresarial y compartidos por todos los miembros de una organización. Esta influye de manera poderosa en la forma en la forma de trabajar y de relacionarse.
Importancia de una cultura empresarial sólida
La cultura empresarial nos habla hoy en día de valores, de ahí que se torne decisiva en estrategias tan importantes como la atracción de talento o la captación de clientela, incluso de inversores. De hecho, la falta de cultura empresarial resulta tan contraproducente como una cultura desfasada, no alineada con los valores de hoy en día en cuestiones sociales o medioambientales. Si esta es sólida, por el contrario, sus capacidades se acentúan:
- Impacto en la identidad de la empresa, en la forma en cómo es percibida desde fuera (proveedores, administraciones, clientela…).
- Influencia en el comportamiento de los empleados y empleadas.
- Afectación de la imagen corporativa (employer branding, imagen de marca…).
- Impulso del rendimiento y la productividad desde la motivación.
- Promoción de la innovación desde la resiliencia y la transformación.
Una cultura empresarial acertada puede llevar a una empresa no solo a la consecución de sus objetivos, sino a liderar su propio sector o actividad.
Beneficios de una buena cultura empresarial
Dicho lo anterior, entre los beneficios de una cultura empresarial sólida destacan:
- Capacidad de retención y atracción de talento.
- Mejora del clima laboral.
- Aumento de la productividad.
- Fomento de la creatividad y la innovación.
- Mayor agilidad y adaptabilidad organizacional.
Elementos que componen la cultura corporativa
La cultura corporativa, sea cual sea esta, se compone de elementos que la definen, que ayudan a detectar cómo es y qué persigue una compañía. Los más importantes o representativos son:
- La misión, visión y valores.
- El tipo de liderazgo y estrategia de comunicación.
- El ambiente de trabajo y el grado de bienestar laboral.
- La política salarial y de reconocimientos.
- Los requisitos de cada puesto y de las operaciones.
En función de los mismos se puede llevar a cabo una clasificación de los distintos tipos de cultura corporativa.

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Tipos de cultura empresarial
Aunque existen tantos tipos de cultura empresarial como organizaciones, se puede hablar de diez categorías en las que cabrían prácticamente todas las empresas, de una manera u otra. Dichos tipos se suceden en el tiempo o coexisten en función de las expectativas y necesidades sociales, del contexto político o económico, de las perspectivas de mercado, de las formas de trabajo o de entenderlo… Son muchos los factores que influyen al respecto.
- Orientada al poder: de estructura vertical y fuertemente jerarquizada, con roles y responsabilidades claramente delimitados, y toma de decisiones centralizada.
- Orientada a las personas: Tiende al éxito de la mano del desarrollo personal y profesional de la plantilla, de su satisfacción y motivación.
- Orientada a la innovación: se fomenta el desarrollo de nuevas ideas, la experimentación y la creatividad.
- Orientada al cliente: prioriza las necesidades y demandas de la clientela, incluso en las fases de preventa y posventa.
- Orientada a la calidad: obtener los máximos estándares de calidad en los productos o servicios es el objetivo sobre el que pivotan todas las acciones.
- Orientada a las normas: suelen ser organizaciones estrictas y encorsetadas, su actividad está sujeta a un marco rígido de cumplimiento en base a normas.
- Familiar: los valores y creencias coinciden con los que ostenta la familia detrás de la empresa, y que inculcan al resto de colaboradores y colaboradoras.
- Adhocracia: innovación, creatividad y flexibilidad son sus puntos fuertes, lo que le brinda una gran capacidad de adaptación al entorno.
- Mercado: buscan obtener resultados frente a la competencia, maximizar la rentabilidad y ampliar la cuota de mercado.
- Jerarquía: La responsabilidad y toma de decisiones va de arriba hacia abajo, existe escaso poder de maniobra por parte de las bases.
Pasos para crear y desarrollar una cultura empresarial efectiva
Para construir una cultura corporativa exitosa y sólida, y que esta permee en todas las capas de la organización, e incluso en el exterior, se deben tomar en consideración ciertos pasos decisivos:
- Definir los valores corporativos.
- Comunicar la cultura a todos los niveles.
- Involucrar a todos los empleados y empleadas en el proceso.
- Evaluar y ajustar la cultura regularmente.
Pero, ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo evaluar la eficacia de la cultura corporativa y reajustarla? Existen mecanismos de medición y herramientas que facilitan su implementación.
Medición y sostenibilidad de la cultura empresarial
Para una evaluación continua de la cultura se pueden utilizar soluciones que permitan apuntalar una estrategia definitiva y garantizar su sostenibilidad, por ejemplo, las encuestas de clima laboral y el seguimiento de indicadores de compromiso de los empleados y empleadas.
Herramientas para fomentar la cultura empresarial
En cuanto a las herramientas más accesibles, existen los programas de entrenamiento y desarrollo, los sistemas de reconocimiento y recompensas, las evaluaciones y retroalimentación continua y la promoción de la colaboración y el trabajo en equipo.
Desafíos en la implementación de una cultura empresarial
No resulta fácil implantar una nueva cultura empresarial donde ya existía otra o donde existía una carencia de la misma. Los desafíos son muchos y difíciles de sortear:
- La resistencia al cambio.
- La adaptación a entornos de trabajo remoto.
- Mantener la cohesión cultural a largo plazo.
- Gestionar conflictos culturales internos.
Algunos ejemplos de empresas con una cultura empresarial fuerte, que han sabido enfrentarse a tales desafíos con éxito, son Google, Netflix, DHL, Coca-Cola, Disney o Pixar. Existen muchas otras, que han aplicado con certeza y decisión las claves de una cultura corporativa sólida y, con esta, esencial para un ambiente de trabajo positivo, capaz de aumentar la productividad y la eficiencia, y fortalecer la reputación de la empresa.
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