
Todo sobre el síndrome del impostor, su impacto en ti y estrategias para superarlo
16 Octubre 2025
El síndrome del impostor fue acuñado a finales de los 70 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, en su The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention, donde lo describieron como un fenómeno psicológico por el que personas, a todas luces competentes, se sienten un fraudes y, por ello, incapaces de alcanzar ciertas metas.
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¿Qué es el síndrome del impostor y quién lo sufre?
El síndrome del impostor cala especialmente entre las mujeres, profesionales que menosprecian sus capacidades y habilidades, que dudan de su valía e incluso temen ser descubiertas en tal “estafa”.
De hecho, este fenómeno es diametralmente opuesto al efecto Dunning-Kruger, que consiste en creerse más listo de lo que uno es en realidad, de sobreestimar las posibilidades y capacidades de uno mismo.
Síntomas del síndrome del impostor
Para muchas trabajadoras, hablar de los síntomas del síndrome del impostor es hablar de su día a día, de sus emociones habituales y pensamientos más recurrentes:
- Falta de confianza en uno mismo.
- Minimización de logros.
- Miedo al fracaso y al rechazo.
- Burnout y sobreesfuerzo.
Pero ¿de dónde nacen todas estas tribulaciones? Las causas son variopintas y van de la baja autoestima y una excesiva exigencia, ya sea autoimpuesta o heredada del ámbito familiar, social y cultural. Lo cierto es que los ambientes masculinizados históricamente e hipercompetitivos, así como los sesgos de género, no ayudan a paliar ese síndrome del impostor.
Causas del síndrome del impostor
A ojos de los expertos y expertas en psicología y conductas, pueden citarse cuatro causas del síndrome del impostor muy habituales. Estas representan lugares comunes para muchas mujeres en nuestra sociedad:
- Factores psicológicos: neuroticismo, perfeccionismo, baja autoestima, autocrítica permanente…
- Influencias sociales y culturales; estereotipos de género, expectativas de éxito ante nuevos desafíos...
- Dinámicas familiares que pasan de la alta exigencia a la falta de reconocimiento en la infancia.
Las causas del síndrome del impostor son multifactoriales y, a veces, difíciles de detectar, pues están arraigadas en la propia cultura y sociedad.
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Impacto del síndrome del impostor
Pero, ¿por qué es importante superar síndrome del impostor? Porque sus síntomas lastran la carrera de muchas mujeres y hacen mella en su salud y bienestar.
En la carrera profesional
Invalida a muchas profesionales a hacerse valer frente a sus compañeros a la hora de reivindicar los resultados obtenidos, de solicitar una mejora de sus condiciones o de pedir un ascenso, por citar solo algunos ejemplos. También a la hora de encabezar proyectos propios.
En la vida personal
El síndrome del impostor afecta a la vida personal porque, al generar baja autoestima, genera una inseguridad permanente que impide tejer relaciones sociales equilibradas, evita el abordar nuevas experiencias que resulten gratificantes, entorpece la autorrealización, etc.
En la salud mental: comorbilidad con depresión y ansiedad
A nivel psicológico, provoca ansiedad, estrés crónico, agotamiento y, en casos graves, depresión. No reconocer los propios logros, sintiéndose un fraude, puede tener consecuencias devastadoras sobre la salud emocional.
Estrategias para superar el síndrome del impostor
Una vez detectado el síndrome del impostor, ¿cómo superarlo? Existen estrategias que pueden adoptarse de forma individual, pero también las hay colectivas, que pueden aplicarse, por ejemplo, desde el seno de una organización.
Consejos prácticos para combatir el síndrome del impostor
Estas son algunas de las recomendaciones prácticas para combatir el síndrome del impostor a nivel personal y laboral:
- Reconocer y aceptar los sentimientos.
- Trabajar la reestructuración cognitiva.
- Desafiar pensamientos negativos.
- Crear una lista de fortalezas y logros para visibilizarlos.
- Aprender a recibir elogios y agradecer sin excusarse.
- Acudir a terapias de apoyo profesional: terapia conductual y terapias de tercera generación.
En estas últimas terapias o sesiones de apoyo suelen trabajarse nuevos hábitos saludables como:
- El centrarse en los hechos objetivos.
- Compartir sentimientos con otros.
- Buscar evidencia que respalde los logros.
- Establecer metas realistas y manejables.
Prevención en equipos de trabajo
A nivel organizacional, desde RRHH se pueden dar pasos hacia la mitigación de dicho síndrome. Estos resultan especialmente interesantes para aquellas compañías que apuestan de manera decisiva en favor de la igualdad, la inclusión y la diversidad. Cuatro de ellos son:
- El diseño de estrategias para mandos líderes: establecer expectativas claras, por ejemplo.
- Brindar oportunidades de conexión y mentoring entre profesionales.
- Crear una cultura de inclusión y reconocimiento de logros.
- Realizar seguimientos frecuentes y encuestas de bienestar emocional.
Todas estas acciones son especialmente interesantes en entornos más propensos a la aparición del síndrome del impostor, como los académicos y los laborales.
Epidemiología del síndrome del impostor
¿Se puede hablar de epidemia del síndrome del impostor? Entre las mujeres, podríamos decir que sí. De hecho, según un informe de KPMG, tres de cada cuatro ejecutivas habrían experimentado este síndrome. En España, se estima que hasta un 70 % de la población femenina ha experimentado el síndrome del impostor en algún momento de su vida o trayectoria profesional.
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